En respuesta a una serie de ataques terroristas como los ocurridos en París, Francia, en 2015 y en Bruselas, Bélgica, el pasado 22 de marzo de 2016, así como el atentado que derribó el avión ruso A321 cuando sobrevolaba la Península del Sinaí, en Egipto, en octubre de 2015 Alemania, Francia, Bélgica y Rusia aprobaron, cada uno por su cuenta, una serie de paquetes legislativos con medidas de carácter preventivo para combatir el terrorismo. Estas medidas contemplan la tipificación como delitos de actividades vinculadas con el terrorismo, un mejor intercambio de información entre los servicios de inteligencia, y mayores facultades de vigilancia y control sobre las comunicaciones de los ciudadanos, como es el caso de la Federación de Rusia