Si algo caracteriza al régimen parlamentario italiano es su permanente inestabilidad política. Los cambios frecuentes de gobierno son algo común en este país europeo. El más reciente, sin embargo, tiene particularidades importantes que merecen ser analizadas. Hace poco más de una semana, el Primer Ministro o, Presidente del Consejo de Ministros, Enrico Letta fue destituido por el Parlamento, y reemplazado por Matteo Renzi a partir del 25 de febrero de 2014.
Pero ¿por qué tienen lugar de manera reiterada los cambios de gobierno en Italia? Para entender esta cuestión, es pertinente señalar que el Presidente del Consejo de Ministros es quien realmente detenta facultades para gobernar el país, mientras que el Presidente de la República no cuenta con verdaderos poderes. Sin embargo, sin el apoyo de una mayoría clara derivada de las urnas, el Primer Ministro italiano debe someterse a las coaliciones políticas en el Parlamento que pueden nombrarlo o destituirlo a falta de un respaldo claro para gobernar. En este contexto, el nuevo Presidente del Consejo de Ministros, Matteo Renzi, deberá afrontar los retos de su país como el desempleo, la pobreza, la inmigración, la presidencia italiana del Consejo de la Unión Europea a partir de julio de 2014, el cierre de empresas, la falta de competitividad italiana, entre otros.