Tal y como lo señalaban los pronósticos, con 33 votos a favor y una abstención, el pasado 18 de marzo, los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) eligieron como secretario general al ex canciller uruguayo, Luis Almagro, quien asumirá el cargo el próximo 25 de mayo, en sustitución de José Miguel Insulza, quien estuvo al frente durante dos quinquenios consecutivos entre 2005 y 2015, luego de reelegirse en 2010. Huelga recalcar que este nombramiento se produce en un momento coyuntural clave marcado por las críticas contra la alegada inacción de la OEA ante las protestas en Venezuela y por el optimismo internacional derivado de la reanudación de contactos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos. Sin duda, Almagro goza de una gran reputación internacional, luego de fungir como ministro de Relaciones Exteriores del gobierno del ex presidente de Uruguay, José Mujica (2010-2015).
Conviene recordar que la Carta de la OEA establece en su artículo 108º que su secretario general es electo por la Asamblea General para un periodo de 5 años y no puede ser reelegido más de una vez ni sucedido por una persona de la misma nacionalidad. Por ello, desde finales de junio de 2014, Almagro se postuló para obtener el respaldo de la mayor cantidad posible de los miembros de la organización. De cara a las elecciones del 18 de marzo de 2015, y tras casi 9 meses de campaña, dejó en el camino al juez peruano de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego GarcíaSaýán, y al ex vicepresidente de Guatemala, Eduardo Stein, quienes retiraron sus candidaturas en octubre de 2014 y enero de 2015, respectivamente.